Párroco de la Iglesia San Rafael, Jorge Luis Rodríguez.
Párroco de la Iglesia San Rafael, Jorge Luis Rodríguez.
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Jairo Cassiani.

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El Chef Cura: Con pasteles y empanadas reconstruyó la iglesia San Rafael

Hace seis años esta parroquia ubicada en el barrio Montes colapsó tras las fuertes lluvias y hoy en día es un modelo de emprendimiento comunitario.

Armado con su frase de batalla “No hay proyectos imposibles sino hombres incapaces”, el párroco de la Iglesia San Rafael Arcángel, Jorge Luis Rodríguez, ha enfrentado en carne propia los embates de la vida y los más impredecibles fenómenos de la naturaleza.

El 7 de septiembre de septiembre de 2013, en medio de un torrencial aguacero en Barranquilla, los rayos y las centellas anunciaban una tempestad. La casa cural colapsó por completo y el cielo raso de la capilla se desplomó como un castillo de naipes.

“Fue algo muy lamentable. Todo se cayó porque debajo de la iglesia corrían dos arroyos subterráneos y esto eran pozos de agua que socavaron. La estructura era algo impresionante de ver”, recordó a Zona Cero el sacerdote mientras se pasea por los corredores de la nueva capilla enchapados en mármol.

Párroco de la Iglesia San Rafael, Jorge Luis Rodríguez.

Hoy la parroquia de San Rafael brilla con luz propia después de haber pasado sus más oscuras horas. “Encontré un capilla pequeña, con una comunidad que tenía una fe pequeña pero al ver el milagro que Dios ha hecho en este lugar hoy muchos volvieron a creer”, resaltó el sacerdote.

Ver la iglesia al borde de su destrucción fue motivo suficiente para que su párroco tomara medidas y meditara sobre cómo lograría su reconstrucción invocando la inspiración del Espíritu Santo. “Yo no sabía cocinar, no sabía hacer pasteles ni fritos pero me gustaba la buena mesa y con ayuda de la comunidad comenzamos a hacer bazares, bingos y allí comenzó la producción de los pasteles y los fritos que poco a poco fue creciendo”, detalló el sacerdote.

Párroco de la Iglesia San Rafael, Jorge Luis Rodríguez.

Mientras se reunió el dinero para la reconstrucción de la capilla, sus fieles tuvieron que cambiar de sede por varios años y celebrar la misa bajo el sol a la intemperie. “La lucha fue muy grande porque muchos no creían que con amor y trabajo podríamos volver a levantar esta iglesia. Por meses celebramos la misa con unos parasoles con los que cubrimos el techo, pero si no podíamos brindar seguridad a los feligreses nos a iban a demandar por poner en peligro a la comunidad”,  recordó el sacerdote.

Restaurante parroquial del Chef Cura.

La primera ayuda que recibieron fue de parte de la Catedratón quienes entregaron recursos para las obras del templo. “Gracias a la Arquidiócesis nos donaron cien millones de pesos y después de allí todo lo que hemos logrado ha sido gracias a la propia comunidad del barrio y al trabajo en equipo. Actualmente se han invertido más de mil millones de pesos en el templo”.

Párroco de la Iglesia San Rafael, Jorge Luis Rodríguez.

Primero se reconstruyó el oratorio de la iglesia y hace tres años quedó habilitada la capilla. La casa cural demoró un año más en ser terminada. Lo más costoso fueron los cimientos de la iglesia para que pudiera mantenerse en pie firme con la fe de sus fieles como piedra angular. Antes la parroquia tenía capacidad para cien personas y hoy tiene cupo para quinientos feligreses.

Interior de la parroquia de San Rafael en la actualidad.

Junto a la iglesia florece también el restaurante Chef Cura que ofrece en las mañanas arepas con huevo, empanadas, caribañolas y hasta cappuccino y al mediodía sirven deliciosos almuerzos como mojarra en salsa de camarones, paella, que el cura aprendió a cocinar en Valencia, España,  y platos del día con una capacidad para atender a cien personas. “Los domingos nos buscan. Los feligreses desayunan y almuerzan en la iglesia”, contó el sacerdote.

En la nueva casa cural, el sacerdote construyó una cocina dotada con todos los utensilios básicos, en donde él reina junto a quien llama su ángel guardián, la también cocinera Zenith Orozco. El emprendimiento del Chef Cura atiende todo tipo de eventos como bufets y pedidos grandes. “Ha sido mucho trabajo en la cocina, muchas noches sin dormir para lograr las metas sobre todo cuando nos hacen pedidos de más trescientos pasteles pero cumplimos todos nuestros compromisos con mucho amor”.

Zentih y el chef cura.

En el mes de octubre el sacerdote debe entregar como dicta la norma la parroquia después de seis años de servicio.

 Sin embargo espera poder dejar garantizada las barandas de acceso que se construyen en la actualidad, el parqueadero y la construcción de un salón parroquial. “Seguro que con la ayuda de Dios daremos final a este proyecto y la comunidad siga aportando a su iglesia”, concluyó.

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